Recién aterrizado el otoño, el cabello sufre debido a las oscilaciones de temperatura, de humedad ambiental, a causa del viento y más factores ambientales adversos.
Ésto se traduce en cabello seco, áspero, indomable y difícil de peinar.
Se trata de algo completamente normal, ya que la cutícula del cabello, habitualmente bastante lisa, se transforma en erizada, dando lugar a enredos, cabello opaco, seco y difícil de controlar.
La capa hidrolipídica que recubre nuestro cabello, se ve alterada, dejando nuestro cabello totalmente desprotegido ante dichos factores determinantes para nuestra salud capilar.
Las nuevas (y acertadas tendencias), irrumpen con fuerza al mismo tiempo en los tocadores de nuestras famosas y en los mejores salones de todo el mundo.
Éstas tendencias sugieren el uso de los mejores aceites capilares como cuidado imprescindible para nuestro cabello, al crear los mismos una película reparadora, reestructurante y protectora alrededor de cada cabello. En contra a lo que puede parecer, los aceites de argán de gran calidad, como el aceite de Moroccanoil, el aceite India de Icon, el aceite Gold Oil de Montibel.lo y muchos otros, son de absorción muy rápida, no dejan residuos, (te parecerá extraño e increíble, pero así es), y reparan profundamente desde la primera aplicación, ofreciendo resultados espectaculares con su uso continuado.
Además de reparar, éstos aceites, tienen otras propiedades, como la de eliminar eficazmente el encrespado, aumentan visiblemente la elasticidad del cabello, tienen propiedades anti oxidantes, combaten eficazmente los radicales libres, repran el daño del cabello, alisan la cutícula y protegen el color del cabello, ya sea natural o coloreado.
Éstos aceites pueden usarse de muchas formas, (eso sí, no hagaís experimentos con aceites de más baja calidad, ya que es posible que ocurra algún desaguisado).
Para que os hagáis una idea de lo versátiles que son, Aquí os contamos las formas más habituales de usarlos.
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