Aqua Genomics de Bruno Vassari y descubre el poder de la auto-hidratación

Aqua Genomics de Bruno Vassari y descubre el poder de la auto-hidratación, Aqua Genomics, la tecnología basada en la auto-hidratación y la cosmetogenómica que se adelanta a nuestro tiempo.
Bruno Vassari ha creado la exclusiva línea de hidratación, Aqua Genomics en base a la expresión cosmetogenómica definida como la responsable de estudiar las posibles interacciones entre un principio activo cosmético y el mismo genoma humano.

La tecnología Aqua Genomics de Bruno Vassari analiza cómo algunos activos son capaces de estimular nuestro ADN para que eel mismo sintetice las proteínas que nos interesan y así cumplir con la función para que han sido diseñados.
Aqua Genomics de Bruno Vassari no es sólo una de las mejores cremas rehidratantes del mercado, si no que su formulación consigue que nuestra piel sea capaz de volver a generar una hidratación óptima.
Dentro de Aqua Genomics podemos elegir entre dos posibilidades:

Aqua Genomics Sorbet Light para pieles normales/  grasas.

Aqua Genomics Sorbet Rich para pieles mixtas/ secas.

La sensación que ofrece Aqua Genomics al aplicarla es incomparable, se trata de una sensación de hidratación, elasticidad plena que permanece a lo largo de todo el día. 
Si no has utilizado Aqua Genomics, estamos convencidos de que no habrás notado dicha sensación.

La línea Aqua Genomics de Bruno Vassari se complementa con Leche Limpiadora yTónico Hidratante

En qué se basa la Cosmetogenómica

Recientes investigaciones científicas aseguran que los agentes externos como formulaciones cosméticas, desencadenan diversas reacciones a nivel genético, produciendo cambios en el comportamiento de nuestros genes. 
Ésto es todo un descubrimiento, que aplicado a la cosmética cambia por completo el concepto de cuidado de la piel y cabello, debido a que la cosmetogenómica es capaz de modificar el comportamiento de un gen estando sus fórmulas diseñadas para inhibir todos los antiestetismos propios de la edad o cualquier otra causa. Factores como la flaccidez, las arrugas, manchas, etc... mejoran notablemente con la cosmetogenómica.

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Imprescindible cambiar nuestra crema de tratamiento facial cada cierto tiempo. Qué hay de cierto en ésto?

 Siempre hemos escuchado que debemos cambiar nuestra crema facial cada dos o tres meses, debido a que nuestra piel se acostumbra a ella y no hace el mismo efecto. Pero, qué hay de cierto en ésto?

                                   
Con lo que cuesta encontrar una crema que cubra nuestras necesidades, cuando por fin la encontramos, debemos cambiarla para que no nos deje de hacer efecto. No tiene demasiado sentido ¿no? Porque la mejor manera de que algo deje de hacer efecto es dejarlo de usar ¿no crees?…
La verdad es que no es necesario cambiar constantemente de crema, sobre todo si hemos encontrado una que nos aporta todo lo que necesita nuestra piel y con la que nos sentimos satisfechos. Además, si tenemos en cuenta que muchos de los activos cosméticos actúan por acumulación, si cambiamos de crema antes de darle la oportunidad de cumplir su acción cosmética, estamos perdiendo parte de sus beneficios. Si utilizamos un cosmético un periodo corto de tiempo, probablemente no le habremos dado la oportunidad de hacer realidad todo lo que promete y esto nos llevará a emitir un veredicto equivocado sobre la efectividad del producto.

Así como antes te decíamos el porqué no debemos cambiar de producto constantemente, también debes tener en cuenta que no es recomendable hacerte fan incondicional de una crema y usarla indefinidamente ¿Por qué? Pues básicamente porque las necesidades de la piel no son las mismas a medida que pasan los años. Es más, en muchos casos, estas necesidades van unidas a los cambios estacionales e incluso a los estados emocionales, haciendo necesario un cambio de rutina cosmética en función del momento del año en el que nos encontremos o simplemente en función de cómo se encuentre nuestra piel.

Piensa que tu piel no necesita lo mismo a los 30 que a los 40, así que probablemente la crema que a los 30 te iba genial, probablemente a los 40 no sea suficiente. Por no hablar de las innovaciones cosméticas que se suceden a velocidad de vértigo y que cada vez ofrecen mayor efectividad en un tiempo cada vez más corto.